Cueva natural con aterrazamiento artificial delante de su entrada que habría sido utilizada como santuario por los habitantes del oppidum próximo.
Tiene algunas inscripciones en su interior y junto a su entrada, además de unas cazoletas en vertical en su exterior.
Según www.redjaen.es, en su parte más profunda existe una oquedad a modo de hornacina donde incide la luz del sol en el solsticio de invierno.